Sé que probablemente has oído hablar del término «monitor fetal» pero es posible que no sepas muy bien, qué es, para qué se usa y que tipos hay. Yo te lo cuento…
Te voy a hablar, de forma rápida y sencilla, de la monitorización electrónica fetal, es decir de cómo se controla el bienestar del bebé a lo largo del parto
¿Qué es la monitorización y para qué sirve?
La monitorización fetal es un método de control de bienestar de tu bebé, ofrece información sobre su frecuencia cardíaca y sus cambios, ayudando a comprobar cómo se encuentra tu bebé a lo largo del parto. Puede ser CONTINUA o INTERMITENTE. A priori, podría parecerte mucho mejor que controlen a tu bebé de forma continuada. Pero la evidencia nos ha demostrado, que esto se traduce en muchas ocasiones, en interpretaciones erróneas de los resultados y mayor intervención médica.
¿Cuál es la mejor opción entonces auscultación continua o intermitente?
La evidencia es clara: la auscultación continua solo debe usarse en partos medicalizados. Por ejemplo: si es una inducción, si se usa mediación o si hay una epidural, también está indicada en caso de mujeres con alguna patología que así lo indique. En el resto de casos, la evidencia es clara recomienda la auscultación o monitorización discontinua o intermitente, realizada por tu matrona, con un doppler manual de forma regular
La auscultación intermitente es por tanto la forma más efectiva para evaluar el bienestar fetal en embarazos sin complicaciones. Sin embargo, de manera rutinaria se utiliza la monitorización continua.
¿Por qué? Te voy a ser sincera y la respuesta no es agradable. Porque es más cómodo para el hospital, porque la monitorización intermitente requiere más presencia de matronas, una figura que como sabrás escasea en nuestro sistema de atención sanitaria y si no hay suficientes matronas en turnos, no hay monitorización intermitente.
Es fundamental cuestionar y reevaluar las prácticas médicas que no estén respaldadas por evidencia sólida